MIJAÍL BULGÁKOV
-Vagabundo, ¿por qué confundías al pueblo en el mercado, hablando de la verdad, de la que no tienes ni idea? ¿Qué es la verdad?
El procurador pensó: "¡Oh, dioses! Le estoy preguntando cosas que no son necesarias en un juicio... Mi inteligencia ya no me sirve". Y de nuevo le pareció ver una copa con un líquido oscuro. "Quiero envenenarme"...
Otra vez se oyó la voz:
-La verdad está, en primer lugar, en que te duele la cabeza y te duele tanto, que cobardemente piensas en la muerte. No sólo no tienes fuerzas para hablar conmigo, sino que te cuesta trabajo mirarme. Y ahora, involuntariamente, soy tu verdugo y esto me disgusta mucho. Ni siquiera eres capaz de pensar en algo y lo único que deseas es que venga tu perro, que es, por lo visto, el único ser al que tienes cariño. Pero tu tormento se acabará pronto, se te pasará el dolor de cabeza.
El maestro y Margarita
Traducción de Amaya Lacasa
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