17 febrero 2015

THE WOODLANDERS


Winslow Homer
Waverly Oaks

The physiognomy of a deserted highway expresses solitude to a degree that is not reached by mere dales or downs, and bespeaks a tomb-like stillness more emphatic than that of glades and pools. The contrast of what is with what might be, probably accounts for this. To step, for instance, at the place under notice, from the hedge of the plantation into the adjoining thoroughfare, and pause amid its emptiness for a moment, was to exchange by the act of a single stride the simple absence of human companionship for an incubus of the forlorn.

At this spot, on the louring evening of a bygone winter's day, there stood a man who had thus indirectly entered upon the scene from a stile hard by, and was temporarily influenced by some such feeling of being suddenly more alone than before he had emerged upon the highway.

*

Her face had the usual fulness of expression which is developed by a life of solitude. Where the eyes of a multitude continuously beat like waves upon a countenance they seem to wear away its mobile power; but in the still water of privacy every feeling and sentiment unfolds in visible luxuriance, to be interpreted as readily as a printed word by an intruder. In years she was no more than nineteen or twenty; but the necessity of taking thought at a too early period of life had forced the provisional curves of her childhood's face to a premature finality. Thus she had but little pretension to beauty; save in one prominent particular, her hair.

Its abundance made it almost unmanageable; its color was, roughly speaking, and as seen here by fire-light, brown; but careful notice, or an observation by day, would have revealed that its true shade was a rare and beautiful approximation to chestnut.

Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
Mujer cosiendo

La fisonomía de una carretera desierta expresa soledad hasta un grado que no alcanzan meros valles y colinas, y sugiere una quietud sepulcral más enfática que la de claros y charcas. El contraste entre lo que es y lo que podría ser quizá dé razón de este hecho. Caminar, por ejemplo, en el lugar mencionado, desde el seto de la finca hasta la vía adyacente, y detenerse en su desolación por un momento, era cambiar mediante el acto de una sola zancada la simple ausencia de compañía humana por un íncubo del abandono.

En ese sitio, bajo el encapotado atardecer de un día de invierno ya lejano, se encontraba un hombre que había llegado indirectamente a través de los escalones de una cerca lindante, y se vio momentáneamente influido por la sensación de hallarse de repente más solo que antes de haber salido a la carretera.

*

Su rostro tenía la habitual plenitud de expresión que se desarrolla en una vida de soledad. Cuando los ojos de una multitud baten continuamente como olas sobre un semblante, parece como si erosionaran su poder de expresión; pero en el agua tranquila de la privacidad cada sensación y cada sentimiento se revelan con visible exuberancia, para ser interpretados, tan fácilmente como una palabra impresa, por un intruso. En años, no contaba más de diecinueve o veinte; pero la necesidad de tomar conciencia a edad muy temprana había forzado las curvas provisionales de su rostro de infancia hasta una resolución prematura. De modo que apenas tenía ninguna pretensión de belleza; salvo en un prominente detalle, el cabello.

Su abundancia lo hacía casi inmanejable; su color era, a grandes rasgos, y tal como se veía ahora a la luz de la lumbre, castaño; pero una observación más atenta, o el contemplarlo de día, hubieran revelado que su verdadero matiz era una poco frecuente y hermosa aproximación al castaño rojizo.

Thomas Hardy, The Woodlanders
Traducción de Alan

Władysław Ślewiński
Woman Brushing Her Hair

Arjip Kuíndzhi
Tras la lluvia

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