UN VIAJE EN ASNO AL LAGO
–Oye Al, ¿has oído alguna vez hablar del Lago? –preguntó Dave.
–Dicen que está lleno de palmeras y cascadas. Que allí todos ríen y gozan, como en las mil y una noches.
–¡Pues andando para allá!
Cuando llegaron al zoco, ya no quedaban camellos. Todos se habían ido al Lago. El dueño de las bestias, el señor Elh Patt, les vendió un asno pequeño pero fuerte, y se pusieron en camino.
Como Al era mayor, se subió en el asno, y Dave iba a su lado a pie. Al poco les adelantó un carruaje vacío guiado por un murciélago. El carruaje se detuvo junto a ellos y apareció Sid Vampyr, vestido de capa y frac.
–Usted, un tío hecho y derecho, sobre el asno. Y el chaval a pie, con la lengua fuera. ¡Ya sabrán lo que hacen, agur!
Y se fue traqueteando en su coche, hacia el Lago.
–¿Qué te parece, Dave?
–Creo que Sid Vampyr lleva razón. Tú eres más fuerte, Al.
De modo que se cambiaron. Al poco vieron que les sobrevolaba una alfombra. Era la hamaca de Alí Ba.
–Qué bien tratas a tu asno, Al. Le dejas que cargue a gusto con ese man delgadito, y el que se cansa eres tú –dijo, tumbado en la hamaca, y siguió volando hacia el Lago.
–¿Qué te parece, Dave?
–Creo que Alí Ba lleva razón. Yo me fatigaré menos.
Estaban como al principio, cuando se oye el sonido de un claxon, y vieron que Ben Taksi les gritaba, con la ventanilla bajada:
–¡Pero hombre, súbanse los dos al asno! Y si se queja, arréele fuerte.
Y se marchó tocando el claxon y echando una nube de humo y arena, camino del Lago.
–¿Qué te parece, Dave?
–Creo que Ben Taksi lleva razón. El asno tiene más aguante que nosotros.
De manera que subieron los dos en el asno, y al anochecer, cerca del Lago, salieron a recibirles unas muchachas, llevando unas lámparas de aceite. Todas muy alegres, y ellos más. Pero en cuanto les vieron, empezaron a increparles.
–¿No os da vergüenza? Los dos sobre el pobre asno. Bajaos ahora mismo, si queréis entrar en el Lago.
–¿Qué te parece, Dave?
–Creo que las muchachas llevan razón. Este asno es muy pequeño para tanta carga.
Así que llegaron al Lago a pie. Y mientras descansaban, después de la cena, y escuchaban la música, y el rumor del agua y de las siluetas bailando en la oscuridad, Al dijo a Dave:
–Cuando emprendimos camino, yo iba en el asno. Sid Vampyr nos aconsejó que cambiáramos. El señor Alí Ba nos dijo que al revés, y el señor Ben Taksi que subiéramos los dos. Y cuando ya llegábamos, las muchachas nos bajaron del asno. Hemos viajado de todas las formas, y siempre encontrábamos a alguien que nos decía que aquello estaba mal. Y a ti siempre te parecía que llevaban razón.
En el tocadiscos sonaba 'Garden Party' de Ricky Nelson:
–Me aplico el cuento, Al.
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