15 abril 2021

ELOGIO DE NADA · ELOGIO DE ALGO
LOUIS COQUELET


Fíjense, ante todo, en la antigüedad de NADA, ¿qué ser, a excepción del Ser soberano, es más antiguo que NADA? Cabe incluso apuntar, sin temor a la impiedad, que NADA es tan antiguo como el mismísimo Ser soberano: pues, en definitva, ¿qué había antes que los Ángeles y el Mundo fuesen creados? NADA. ¿Qué más, junto a Dios, es desde TODA la eternidad? NADA. TODO empezó por NADA, y NADA tuvo nunca comienzo. Si sopesamos la excelencia de NADA, concluiremos que es admirable; NADA, al igual que la Divinidad, puede definirse por sí mismo. ¿Qué es NADA? NADA. Al igual que la Divinidad, NADA es inconmensurable, y se extiende más allá de toda cosa. NADA es inmutable e indivisible. No se sabría aumentar ni disminuir. Sumen NADA a NADA, siempre dará NADA. Resten NADA de NADA, siempre quedará NADA.



Añadiré, Señores, a todo cuanto les he dicho sobre NADA que el mejor país de la tierra sería aquel en que se viviera por NADA, en el que se comiera por NADA finas perdices y buenos fricasés de pollo, donde se bebiera por NADA vinos mejores que los caldos más delicados de Borgoña y Champaña; y miraríamos como un hombre divino a aquel que nos diese una bonita Casa o una buena Tierra a cambio de NADA. Añadiré también que la mayoría de los Poetas son grandes oradores de NADA; que el mayor mérito de nuestros Oradores suele radicar en su saber decir NADA en modo brillante, con grandes palabras, escanciadas con boato; que casi todos los que aman se entretienen con un NADA tras otro; que se puede divertir a los más grandes hombres con NADA; que la mayoría de nuestras conversaciones están llenas de NADA, y que esas conversaciones llenas de agradable NADA de NADA suelen ser las más alegres y amenas; que la gran mayoría de los hombres se encargan de NADA, y se aplican en NADA; que cuanto sacamos de nuestros desvelos y estudios es menos que NADA, como ya supo Sócrates: pues este gran filósofo, que leyó, meditó, estudió toda su vida, y que fue tenido por el más sabio de los mortales por el Oráculo de Apolo, ¿qué sabía, según su propia confesión? NADA: Hoc unum scio, quod NIHIL scio. Sólo sé una cosa, decía, y es que no sé NADA.
L'Éloge de Rien
 

 
¿Quién ignora la excelencia de ALGO? Cuando se dice de ALGUIEN que es hombre de ALGO, sólo cabe juzgar favorablemente su origen social; ALGO parece tan excelente a todo el mundo, que no hay nadie sobre la Tierra, hombre o mujer, joven o viejo, grande o pequeño, que no quiera y busque ALGO. Las bellezas más indiferentes, los espíritus más misántropos quieren ALGO, aún cuando sólo sea capricho y loco empecinamiento. Todo el mundo se divierte con ALGO. A cada cual le agrada ALGO antes que cualquier otra cosa; y al igual que en la mayor prosperidad, ALGO suele venir a moderar nuestro orgullo, y a recordarnos nuestra dependencia, así en la más cruel adversidad, ALGO suele acudir, cuando menos lo esperamos, a aliviar nuestra penas y avivar la esperanza. En todo cuanto decimos, en todo cuanto hacemos, en todo cuanto meditamos, siempre tenemos en vista ALGO; y en todos los tiempos y todos los países, ALGO siempre ha sido el principal objeto de todos los empeños, de los deseos, y de los más mentados proyectos de los hombres.
L'Éloge de Quelque chose
 
Traducción de María Jesús Ochoa de Michelena

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