24 julio 2024
25 junio 2024
HERE COME THE KIWI GIRLS
THE SIXTIES
THE SIXTIES
When You Walk In The Room, Come & See Me (Sandy Edmonds)), Don't Come Any Closer (Allison Durbin), Hush (Yolande Gibson), Ambush (Maria Dallas), The Bluebeat (Dinah Lee), I Wanna Swim With Him (Rochelle Vinsen), and more. Read more...
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Música
31 mayo 2024
PUES YO SÍ
BENAVENTE Y EL GIGANTE
Un día el menudo Benavente, en uno de sus paseos, se metió por el callejón de San Ginés.
Aún hoy, puede tenerse la experiencia de entrar por la calle Arenal y salir a la calle Mayor, o al revés.
Aún hoy, puede tenerse la experiencia de entrar por la calle Arenal y salir a la calle Mayor, o al revés.
Entonces no era un pasadizo tan concurrido. A pesar de la estrechez, la ligera inclinación y el suelo empedrado, parecía más una calle de western, donde solo corre el viento, y se escucha solo el paso del bastón.
De repente vio venir, en sentido contrario, a un hombre de gran corpulencia, y además, cosa extraña, agilidad. Fueron acercándose uno a otro, hasta llegar a la misma altura. El gigante se detuvo en mitad de la calleja y prorrumpió:
—¡Yo no le cedo el paso a un maricón!
Benavente se echó a un lado y dijo:
—Pues yo sí.
No lejos está la plaza que lleva su nombre. No es una plaza bonita, a pesar de (o quizá por) hallarse cerca de la plaza Mayor, la Puerta del Sol y ambos madrides antiguos. Si alguien me preguntara, lo primero que se me ocurriría, para su desconcierto o asentimiento, es que allí termina su ronda el 6, y vuelve a iniciarla de nuevo.
Texto de Alan
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Fotografía,
Notebook
14 mayo 2024
THE ROGER WEBB SOUND
VOCAL PATTERNS
THE ROGER WEBB SOUND
1. Up West
2. Autumn Aria
3. Just Walkin'
4. Dreamy
5. Play Girl
6. Moon Bird
7. Dazzle
8. Think Twice
9. Man Inside
10. Flipper
11. Sandy
12. Midnight
13. Gentle Soul
14. Sounds Easy
Labels:
Música
05 mayo 2024
LOS HELECHOS DE HOJALDRE
NOTA DE PRENSA
Se desvela la identidad de Jardinero
Romero en la presentación de su nuevo
libro, Los helechos de hojaldre
Ayer temprano, en una escalera de piedra que va de la plaza de San Lorenzo a la ribera del Eresma, pudimos conocer al autor de Alhaja con dientes, y saber algo acerca de la insólita planta que da título a su nuevo libro, el helecho de hojaldre.
Segovia, 11 de octubre. Había gran expectación, entre la docena de periodistas y curiosos que nos hallábamos reunidos, en una librería cercana a la plaza, en torno a unas sillas y una mesa, por conocer a Jardinero. En un corrillo, se rumoreaba que en realidad se trataba de uno de nuestros más respetados escritores, el mismísimo don Pedro de la Azotea, quien había decidido para la ocasión camuflarse tras un seudónimo. Según la opinión de otros, Jardinero era un escritor novel, o un influencer. Había, por último, quienes afirmaban que, evidentemente, Jardinero no era un viejo ni un joven, sino una mujer, madura y lozana.
A la hora precisa, vimos aparecer por la puerta de la librería a un anciano de cráneo pelado, sombrero ancho, lentes oscuras, capa española y bastón. De habernos encontrado hace cien años, hubiera creído hallarme ante don Emilio Carrere. Y a su lado venía una joven de no mucho más de veinte años, con una blusa de tiras negra, pantalón vaquero y zapatillas.
—Vamos todos fuera —dijo.
Hicimos un saludo a la plaza oval, a las casitas bajas entramadas de vigas de madera, a la antigua iglesia románica, al suelo empedrado, y fuimos sentándonos en unos peldaños que van a dar al río. Como ocurre a menudo en Segovia, se estaba bien fresco a la sombra.
Nos dirigimos al anciano de lentes oscuras, y le preguntamos:
—¿Jardinero?
—No, profesor. De Granada.
—Yo soy Jardinero —dijo la joven, con un acento del sur.
—¿Es un seudónimo?
—No, es mi nombre auténtico.
Al sentarse en la escalera, vimos que llevaba una venda en el pie derecho.
—¿Qué le ha ocurrido? —nos interesamos.
—Me he torcido el tobillo, de tanto estar en cuclillas.
El profesor tomó la palabra y empezó a elogiar el libro de su joven amiga. A su juicio, era un digno compañero del delicioso librito que, en los años veinte del siglo pasado, escribió el checo Karel Čapek, con ilustraciones de su hermano Josef, El año del jardinero. Luego cedió la palabra a la autora, se levantó y, con el bastón y la capa, le vimos dar la vuelta a la vieja iglesia románica, contemplándola, y desparecer por detrás del ábside, lo que nos causó no poca impresión.
—El helecho de hojaldre –dijo la joven– es una diminuta planta que a menudo crece a los pies de otros árboles. Solo necesita un poco de tierra húmeda, sol y viento. Cuando se está ante él, se está en el umbral de la vida. Aun así, es frecuente que pase inadvertido. Muchas veces, por mucho que lo busques, no logras encontrarlo. ¿Vinieron por el río y no lo han visto?
Bajó hasta la ribera, se puso en cuclillas y regresó llevando en las manos una planta escuálida, de hojas rizadas, parduzcas, que crecían hacia adentro y hacia afuera.
—En Japón se conoce como árbol de especia, y en China le dan el nombre de cabello de doncella. Nosotros lo llamamos así porque es tierno como el hojaldre, y por su delicioso aroma. Huelan…
Lo desmenuzó, y nos lo fue poniendo uno a uno delante de las narices.
—¡Es increíble! —decíamos, a coro.
Exhalaba el aroma más delicioso que habíamos olido nunca.
—Y toda la planta huele igual. No importa lo que arranquen: una hoja, una rama, o la raíz.
De repente, el anciano de la capa, con su figura delgada y extraña, surgió por un recodo del portal de la iglesia, lo que nos causó no poco sobresalto, y, señalando con el bastón, dijo:
—Están sirviendo el almuerzo.
La joven se levantó:
—Ya hemos hablado bastante de mi libro. ¡Vamos a almorzar!
Cruzamos otra vez la plaza, hasta Casa Paco. En la terraza, dos camareras de blusa blanca y pantalón negro habían juntado tres mesas de metal y puesto alrededor unas sillas. Mientras nos acercábamos, extendieron sobre las mesas un mantel blanco y empezaron a servir fuentes, vasos y cubiertos; luego unas jarras de barro y unos potecillos tripudos, rojos, humeantes. No sé qué me gustó más, si sus movimientos ágiles y tranquilos, o las raciones que iban trayendo: oreja, torreznos, sepia, queso manchego, un par de sandías… En fin…
Texto de Alan
03 mayo 2024
LA NUEVA BANDA DE SANTISTEBAN
SABOR A FRESA
SABOR A FRESA
LA NUEVA BANDA DE SANTISTEBAN
1. Sabor a fresa
2. Brincadeira
3. Zorongo
4. Persecución
5. The Suitcase
6. Manías de María
7. No te acuerdas de mí
8. Tierra mojada
9. Un día de lluvia
10. Nuestro ayer
11. Vuelve a tu ciudad
12. Limón y sal
Afonso Santisteban was a well-known Spanish composer of film, TV, and other instrumental music, during the sixties and seventies. On this post, you can hear two of his compositions: the song Llovió, performed by Ellas in 1968, and Nuestro ayer, from the album he made in 1969 with Rafael Ferro, Flamenco Pop.
Sabor a fresa was released by Belter in 1971, and deservedly reissued by the label Vampi Soul in 2009. With lush orchestrations, a lot of dabadaba vocals, some Spanish guitar and flamenco rhythms, and a bit of bossa nova, this is a brilliant, bittersweet, feelgood record — just like a strawberry.
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Sabor a fresa was released by Belter in 1971, and deservedly reissued by the label Vampi Soul in 2009. With lush orchestrations, a lot of dabadaba vocals, some Spanish guitar and flamenco rhythms, and a bit of bossa nova, this is a brilliant, bittersweet, feelgood record — just like a strawberry.
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